jueves, 8 de diciembre de 2016

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos




BIEN DICE EL DICHO: “CUANDO LA PERRA es brava, hasta a los de casa muerde”, el cual le cae como anillo al dedo al presidente del comité directivo estatal del PRD, Celestino Cesáreo, quien se le fue con todo a su compañero de partido, Sebastián de la Rosa, por el hecho de que éste gestiona recursos en beneficio de los que lo necesitan y  menos tienen.

“Vendido”, “sumiso”, “dinerero” y otros tantos epítetos le dijo Celestino Cesáreo a Sebastián de la Rosa, debido a que militantes del PRD, de la organización que encabeza el diputado local, la CODUC, recibieron diversos apoyos gestionados ante el gobierno federal y del estado, lo que nada le gustó al dirigente estatal perredista, quien le reclamó que ellos son oposición al gobierno, y que en consecuencia, nada deben recibir de las autoridades.

Es obvio que en este pleito entre el dirigente estatal del PRD y el diputado local hay mucho más de fondo, aunque también pone de manifiesto los conflictos internos entre las corrientes políticas de este partido, de cara al proceso interno para elegir candidatos rumbo al 2018.

Lo cierto es que el tal Celestino, de ser un pobre diablo, como bien dicen en el PRD, es hoy uno de los nuevos ricos dentro de ese partido, sin que se explique el origen de su riqueza, por lo que al vivir bien, sin carencia de nada, no necesita de la gestión ante las autoridades para obtener apoyos, como sí la tiene la gran mayoría de los militantes del sol azteca, que ve cómo unos cuantos perredistas se vuelven millonarios mientras ellos siguen viviendo en la pobreza.

Y EN OTRO ASUNTO, LA DIPUTADA federal Beatriz Vélez, también dirigente de los trabajadores del sector salud en el estado, sigue empeñada en arrancarle a la Secretaría de Salud los 15 automóviles que le exige para que los rife en su posada de fin de año, mientras en el Congreso local hay preocupación por la situación existente en esa dependencia. Claro, eso es lo que menos le importa a la legisladora: ella quiere los carros y ya.

El asunto es que en la Secretaría de Salud no solo faltan recursos para comprar medicinas, sino que de acuerdo a un estudio realizado, el estado de Guerrero concentró el año pasado el 45 por ciento de las quejas por negligencia médica y por concepto de “violencia obstétrica” que fueron presentadas a nivel nacional, lo cual es considerado como una cifra alarmante pues  muestra que en los hospitales de la entidad no se está brindando una atención médica adecuada, de acuerdo a los estándares necesarios, principalmente a las mujeres embarazadas.

Es decir que los trabajadores, entre ellos los sindicalizados que encabeza Beatriz Vélez, no están haciendo bien su chamba, lo cual no es nada extraño, pues son precisamente los trabajadores sindicalizados los que encabezan las denuncias, ya por malos tratos, pésimo servicio y negligencia médica, lo que indudablemente conoce la diputada, y aun así no solo no hace nada al respecto, sino que busca premiarlos con automóviles arrancados por la vía de la presión a la Secretaría de Salud, a pesar de que ésta dependencia atraviesa con problemas financieros de los que, hay que decir, ha sido partícipe.

Hay que decirlo. No tiene vergüenza doña Bety Vélez. Y es que tan solo en la Costa Chica, en lo que va de este año, se han presentado 18 denuncias ante la Comisión de Derechos Humanos por negligencia médica y violaciones a la salud en contra de los hospitales establecidos en esa zona. ¿Y de quién? Pues de los trabajadores, o lo que es lo mismo de los agremiados de la diputada que quiere sus 15 carros para rifarlos.

POR ÚLTIMO. TENÍA QUE SER. El director del Instituto Guerrerense del Emprendedor, expresidente de la Coparmex en Chilpancingo, Jaime Nava, en vez de apoyar a los empresarios y comerciantes que más lo necesitan, incluidos los pequeños negocios, en vez de acudir en su auxilio, les entrega recursos, y a “fondo perdido”, es decir, regalado, a aquellos comercios que no tienen necesidad de ayuda.

Deveras. Hay cientos, por no decir miles de negocios que requieren del apoyo solidario del gobierno, y no necesariamente a “fondo perdido”, como los cien mil pesos que Jaime  Nava le entregó al empresario Ramón Carreto, quien además es funcionario de gobierno. Hay tantos negocios que requieren de un crédito para salir adelante, y no que les regalen el dinero como lo está haciendo el director del Instituto Guerrerense del Emprendedor, quien beneficia a sus cuates.

Son tiznaderas las de Jaime Nava. No es posible que ande regalando cien mil pesos a empresarios que les va bien. Y son fregaderas porque el Gobierno del estado no está en bonanza como para andar entregando dinero a quienes ya lo tienen, cuando hay otros que lo requieren, ya sea negocios o los hospitales y centros de salud que, en algunos casos, no cuentan ni paracetamol. Y el tal director del Instituto Guerrerense del Emprendedor regalando el dinero.

Carajo! No hay ni a quien irle. No sé quién es más cínico. Si Celestino Cesáreo, Beatriz Vélez o Jaime Nava. Jijos!

Comentarios: julio651220@hotmail.com