martes, 13 de septiembre de 2016

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos


ES INDISCUTIBLE QUE el sentir, que los sentimientos del Generalísimo Don José María Morelos y Pavón, dictados aquel 13 de septiembre de 1813, en la entonces humilde parroquia de la Asunción de María, en Chilpancingo, siguen teniendo vigencia, y siguen siendo, hay que decirlo, el clamor de los mexicanos.
 
En efecto, a 203 años de la instalación del Primer Congreso de Anáhuac, y en que Chilpancingo fue declarado la primera capital del México Independiente, aún es un clamor de los mexicanos, sintetizado por Don José María Morelos, el moderar la opulencia  para acortar la distancia entre ricos y pobres, y de que más que el dinero, la clase social o las relaciones de poder, lo que debe distinguir a un mexicano de otro es el vicio y la virtud.
Por desgracia, esos anhelos sintetizados en medio del fragor de la guerra de independencia, y que después serían retomados en la revolución de 1910, aún no se concretizan. Las muertes de Morelos, de los Bravo, de los Galeana, de Vicente Guerrero, del Cura Miguel Hidalgo y Costilla, de Allende y de Aldama, así como los de Emiliano Zapata y Francisco Villa, y la de tantos mexicanos que murieron en esas luchas, aún reclaman que se hagan realidad.
 Ciertamente se ha avanzado. Pero es indiscutible que falta mucho por hacer, pues la pobreza y la marginación aún es muy grande. Ya no se vive como antes, como hace 203 años, pero es innegable que la distancia entre ricos y pobres sigue siendo abismal. En México existe el hombre más rico del mundo, y en México también, aquí en Guerrero, tenemos al municipio más pobre de América latina.

Es indiscutible que algo ha fallado. Como hemos visto, no bastó conseguir la independencia en 1810, ni lograr el sufragio efectivo en 1910. No han bastado los ríos de sangre cuando hemos tenido gobiernos insensibles, corruptos, ladrones y sinvergüenzas que lo único que han hecho es enriquecerse a costa del pueblo. Por fortuna, hoy en Guerrero tenemos un gobierno diferente.

Sí. Falta mucho por hacer para lograr el sueño de Morelos que como jefe de la insurgencia en 1813, prefirió llamarse siervo de la nación, en un acto de humilde, predicando con el ejemplo. Falta mucho por hacer, pero ni duda cabe que en Guerrero se está empezando. Ojalá y todos ayudemos para lograrlo.

Comentarios: julio651220@hotmail.com