lunes, 15 de febrero de 2016

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias ¿Aprendió el PRI de sus errores?

Si el PRI quiere ganar la elección de 2018 en el estado de Guerrero, necesita privilegiar la unidad en su militancia y liderazgos. Hay que recordar que la exclusión no le conviene a ningún instituto político. La política es de sumas, no de restas.

En la elección del año pasado ganaron la gubernatura y la mayoría de las presidencias municipales y distritos, por un factor: el desgaste de los gobiernos perredistas. Ganaron también la gubernatura gracias a que las izquierdas no supieron unificarse. Si Movimiento Ciudadano (MC) y Movimiento Regeneración Nacional (Morena) hubiesen ido en alianza con el PRD, Beatriz Mojica Morga fuera la gobernadora y no Héctor Astudillo Flores.

La historia ya la sabemos todos. Luis Walton Aburto hizo su berrinche porque quería ser el candidato de una amplia alianza de partidos, que incluía al PRD. Contendió solo, por su cuenta. Sabía que no iba a ganar, pero estaba seguro que iba a contribuir a que el Sol Azteca dejara de gobernar Guerrero. Propició a que regresara el PRI al poder. Eso queda muy claro. Tanto, que dos militantes de su franquicia, digo, partido, son funcionarios de la administración astudillista.

Morena (el partido de Andrés Manuel López Obrador) quiso desquitarse con el PRD de Los Chuchos e ir solos con un candidato que evidentemente iba a perder.

Al Sol Azteca le cobraron facturas sus viejos aliados. Por eso perdió.
El PRI tiene un gran problema en 2018: los desaciertos de Enrique Peña Nieto como presidente de la República.

Inseguridad pública en su máximo nivel, depreciación del peso frente al dólar, caída del precio del petróleo y los graves casos de corrupción cometidos por funcionarios, han marcado al gobierno federal.
En el caso concreto de Guerrero, es muy pronto para calificar al gobierno naciente de Héctor Astudillo.

El PRI requiere no caer en divisionismos. Dentro de pocas semanas estrenarán nuevo dirigente estatal. El que está (José Parcero López) ya se va. Hizo lo que pudo. Para muchos, realizó un pésimo trabajo. ¿Será?
El próximo dirigente priista necesita ser alguien que sepa conciliar con los grupos internos y con la militancia (por cierto, olvidada); alguien que ayudé a defender el proyecto de gobierno de Héctor Astudillo. Y no necesariamente tiene que ser del grupo político del mandatario estatal.

Un liderazgo fuerte es lo que le hace falta al PRI; sobre todo, alguien con experiencia en el terreno electoral y que su carrera política lo haya iniciado desde abajo, con las bases.
Si el tricolor elige a un dirigente que no tenga capacidad para unificar a las fuerzas internas, simple y sencillamente contribuirá a una derrota en 2018.

El PRD está atento a lo que hace el PRI y más cuando comete errores. Por eso mismo, Manlio Fabio Beltrones Rivera necesita valorar muy bien a la persona que dirigirá los destinos del priismo guerrerense.

ENTRE OTRAS COSAS… Desde este espacio manifiesto mi solidaridad para mi colega Ezequiel Flores Contreras, corresponsal en la entidad del semanario Proceso, quien fue amenazado de muerte por el ex diputado local del PRD y ex alcalde del municipio de General Canuto A. Neri (Acapetlahuaya), Roger Arellano Sotelo.

El incidente ocurrió la mañana de este miércoles (frente al Congreso del Estado) cuando Cheque, como se le conoce popularmente, participaba en una marcha junto con otros reporteros en Chilpancingo para condenar el asesinato de la también reportera Anabel Flores Salazar, de Veracruz.

“Cheque, cabrón, no te hagas pendejo, ¡te va a llevar la verga! ¡Así que cuídate! ¡Acuérdate de mí, no te hagas pendejo!", y todavía cuando se retiraba en su vehículo le insistió: "¡Nos vamos a ver y te vas a acordar!", lanzó la amenaza el ex diputado Roger Arellano contra el colega. ¡Ojo, autoridades!

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