domingo, 25 de octubre de 2015

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Se acabó el Rogeliato

EFRAÍN FLORES IGLESIAS
Este lunes es el último día de Rogelio Ortega Martínez como titular del Poder Ejecutivo estatal. Con él se acaba una etapa de ineptitud en el ejercicio del poder público. Se acaba una etapa de extrema tolerancia a grupos radicales. Y ojalá termine también la opacidad en el manejo de los recursos.
Rogelio Ortega hizo lo que pudo en un año. Pero son más los cuestionamientos que hay en su contra.
Fue tibio para poner orden en Guerrero. No aplicó la ley en contra de aquellos que durante un año cometieron disturbios en Chilpancingo y otros municipios de la entidad. Fue complaciente con ellos. Hasta se atrevió a decirles “compañeros”. Y eso se lo reprueba la mayoría de los guerrerenses.
Todos sabían de su pasado guerrillero, y tal vez fue eso lo que “le impidió” poner en su lugar a la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), al Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y a los integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
Guerrero merece orden y paz social. Ya estuvo suave que una minoría rapaz ponga de cabeza a la entidad con sus protestas violentas y que sólo lucran con el tema de los normalistas desaparecidos en Iguala.
Rogelio Ortega ha dicho que se va satisfecho y con la conciencia tranquila. ¡Sí, tu Chucha, cómo no!
El guerrillerito universitario no asimila el daño que le ocasionó al pueblo de Guerrero por la gente que lo acompañó durante un año en el ejercicio gubernamental. Nunca aclaró el mega sueldazo que percibió su amigo y titular de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG), Salvador Martínez della Rocca, ‘El Pino’. Cuatrocientos mil pesos mensuales nada más.
Tampoco cumplió su promesa de destituir a sus amigos que metió al gobierno del estado y que a la vez seguían cobrando en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).
Otros amigos que no le ayudaron a realizar un buen gobierno son: David Cienfuegos Salgado, titular de la Secretaría General de Gobierno; Eliseo Moyao Morales, secretario de Finanzas y Administración; Edmundo Dantés Escobar Habeica,  secretario de Salud, y Jesús Hernández Torres, secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas.
Rogelio Ortega presume que logró pacificar a Guerrero. Mentira. La entidad sigue siendo de las más violentas a nivel nacional, pues los criminales siguen haciendo de las suyas.
A Héctor Astudillo Flores le heredará una terrible crisis financiera, pero Rogelio Ortega no aclara en qué se gastó el presupuesto del año 2015. Y cómo va alcanzar el presupuesto si algunos de sus colaboradores cobraban jugosos salarios, como es el caso de ‘El Pino’. Así no rinde el dinero.
Al gobernador saliente no se le conoce una obra de impacto social. Mientras que Zeferino Torreblanca Galindo y Ángel Aguirre Rivero sí hicieron muchas obras (pavimentación de carreteras y calles, aulas escolares, unidades deportivas, hospitales, etc.) en los municipios. Y el guerrillerito, nada de nada.
Ojalá que con la llegada de Héctor Astudillo no se repitan los vicios cometidos durante las administraciones de Ángel Aguirre y Rogelio Ortega. Se requiere un gobernador de tiempo completo y que no le tiemble la mano para poner orden.
El gobernador saliente se la pasó quejándose de todo y de todos. La teoría que leyó en muchos libros, no le funcionó. De entrada, menospreció al Poder Legislativo. Quiso tener a diputados sumisos y que le aprobaran algunas leyes que le urgían sacar rápido, como es la Ley de Amnistía para liberar a sus cuates de la CRAC y uno que otro guerrillerito presos en penales estatales y federales.
Se va y muy pocos lo extrañarán. A los que le vas a doler su partida son los dirigentes del PRD, la CRAC, la CETEG, el MPG, sus cuates que metió en la nómina y sus ahijados de la Normal de Ayotzinapa.
Para la mayoría de los guerrerenses será un alivio que ya deje de ser gobernador, ya que le quedó grande ese cargo.
Ni en la UAGro es bien visto. Tal vez intente ser candidato a rector en 2017, pero no hay que olvidar, que hasta con la máxima casa de estudios fue severo, al retenerle recursos millonarios. Así que ya ni piense en ser rector. ¡Zas!
Adiós, don Roger. Adiós, a su inepto gobierno. Adiós, al Rogeliato.
ENTRE OTRAS COSAS… Con el objetivo de reforzar la seguridad en Acapulco, se ha implementado el “Operativo Cápsula”, en donde participan la Policía Municipal Preventiva y Vial, así como la Estatal y la División Gendarmería de la Policía Federal, coadyuvando también la Fiscalía General del Estado y la Policía Investigadora Ministerial.
Eso habla bien el gobierno que encabeza el alcalde Evodio Velázquez Aguirre, quien ha sido muy claro que Acapulco quiere paz y que los turistas se sientan seguros de visitar el puerto.

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