lunes, 23 de febrero de 2015

ZEFERINO TORREBLANCA, EL “ABARCA” DEL PAN Carlos Reyes Romero

CARLOS REYES ROMERO

Todos ven lo que pareces ser, pero pocos saben lo que eres.” Maquiavelo. El Príncipe.

Recientemente el presidente del PRD Carlos Navarrete sentenció que ningún partido escapa a la posibilidad de tener su “Abarca”; lo que le valió la rápida e ingeniosa respuesta en las redes sociales de que: “más bien todos los partidos tienen su Navarrete”.
Navarrete sabe bien de qué habla, porque los “Chuchos”, a quienes él encarna perfectamente son expertos en componendas, cochupos, arreglos en lo oscurito y otras lindezas que los han enriquecido ostensiblemente, entre ellas el abrir las puertas del PRD a candidatos vinculados al narcotráfico, como el ex edil de Iguala José Luis Abarca Velázquez; Gregorio “Greg” Sánchez Martínez candidato a gobernador de Quintana Roo y en su tiempo Consejero Nacional del PRD, y Julio Cesar Godoy Toscano, expresidente municipal de Lázaro Cárdenas, diputado federal electo en 2009 y ahora prófugo de la ley.
Pero con todo en algo tiene razón. Ningún partido está exento de albergar entre sus candidatos y militantes a personeros del narcotráfico, de la narcopolítica pues.
Entre esos está el caso del candidato “de unidad” del PRI a gobernador de Michoacán, José Ascensión “Chón” Orihuela Bárcenas, a quien desde hace muchos años se le menciona como el principal narcotraficante del Oriente de Michoacán; a menos de que ya se haya retirado de ese negocio. De todas maneras sería conveniente para Michoacán y para el país, que el CEN del PRI y el CISEN investiguen bien los antecedentes de “Chon” Orihuela, no vaya a ser que efectivamente resulte ser su “Abarca”. Nomás pa’ prevenir...
En Guerrero ese es el caso del ex gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, a quien el Partido Acción Nacional (PAN) pretende postular como su candidato a la Alcaldía del municipio de Acapulco.
Carlos Zeferino Torreblanca arrastra la evidencia pública de haber protegido al ganadero y narcotraficante Rogaciano Alba Álvarez, actualmente preso por ese delito, “es sólo un buen hombre”, decía Zeferino cuando los medios le tocaban el tema, situación que conocían perfectamente y que deliberadamente consintieron en su momento el gobierno federal y el CISEN.
Pero lo más grave es que Carlos Zeferino Torreblanca carga con la enorme y documentada acusación de ser el presunto autor intelectual del asesinato del diputado Armando Chavarría Barrera, presidente de la Comisión de Gobierno de la LIX Legislatura al Congreso del Estado de  Guerrero.
Así lo han difundido profusamente los medios de comunicación en Guerrero, y existe la declaración judicial del ex procurador Alberto López Rosas, donde éste reconoce que el comandante de la policía judicial Trinidad Zamora Rojo, efectivamente declaró que por órdenes de Carlos Zeferino Torreblanca, él y otros elementos de la policía judicial del estado, habían perpetrado la ejecución de Armando Chavarría.
El gobierno de Ángel Aguirre Rivero, protegió a Zeferino Torreblanca en este caso. Como también lo hizo con el ex presidente municipal de Tlapa Willy Reyes Ramos, presunto autor intelectual del asesinato del diputado federal Moisés Villanueva de la Luz, al cual a pesar de tener orden de aprensión desde el 7 de noviembre de 2013 nunca se le ha hecho efectiva; así también protegió al ex alcalde de Iguala José Luis Abarca Velázquez en relación con el asesinato del dirigente social Arturo Hernández Cardona y tres de sus compañeros, a pesar de las denuncias y evidencias que había desde mayo de 2013 cuando sucedió el crimen y de la declaración ministerial de Nicolás Mendoza Villa de noviembre de ese mismo año.
Todo mundo sabe del carácter rijoso y peleonero de Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, al respecto existen varios testimonios, dos de ellos documentados: el altercado que llego a las manos con Manuel Añorve Baños en el Sanborns Calinda de Acapulco, a finales de los 90, que se difundió ampliamente en los medios y el reciente pleito que escenifico con el periodista Oscar Mario Beteta en la Ciudad de México, por el cual se le investiga actualmente como lo informo La Jornada en su edición del 18 de febrero pasado. No es de dudar entonces que en alguno de sus frecuentes encabronamientos haya decidido librarse de Chavarría.
Con tales antecedentes, en nada le ayuda al PAN tener a Zeferino de candidato, máxime que lo único que busca el controvertido empresario es impunidad, a través de lograr mediante un cargo de elección popular 5 años de fuero constitucional: 3 que le daría el cargo de presidente municipal de Acapulco, en caso de ganar, y 2 más que constitucionalmente les garantiza la actual Constitución de Guerrero a aquellos servidores públicos que para poder llevarlos ante un juez, primero deben ser sujetos de un juicio de procedencia en el Congreso del Estado.
¿Cómo la ven?

Febrero 22 de 2015