lunes, 15 de diciembre de 2014

PUNTO DE INFLEXION HACIA EL DESASTRE. Por José Manuel Gómez

JOSÉ MANUEL GÓMEZ
Es innegable que los funestos acontecimientos del pasado septiembre en Iguala, representan un punto de inflexión en la realidad social, política y económica de Guerrero, de la noche a la mañana el gobierno, en sus tres niveles, se ha visto estremecido en sus pedestales y ha sido reducido a un lamentable espectador de una serie de protestas, en esencia justas, pero en la práctica cada vez más condenables, pues no se puede condenar la violencia, mientras se cometen actos de violencia. Al ataque en contra de las instituciones, la agresión en contra de los elementos policíacos y el bloqueo a las vías de comunicación, debemos agregar la irrupción de los manifestantes a un evento de periodistas en Tlapa de Comonfort, donde los miembros del gremio periodístico fueron retenidos por varias horas,  atentando con esto al derecho de la libre expresión; convirtiendo a los manifestantes, en cierta manera en eso que ellos juran, estar combatiendo, un poder opresor que atenta contra las garantías individuales.

Con estos acontecimientos, que para los más entusiastas representan el inicio de un nuevo orden, más justo e igualitario; pero que a la luz de los acontecimientos solo parece dirigirse hacia una profunda crisis: económica porque el principal afluente del que bebe la economía estatal, el turismo se ve amedrentado, político porque los manifestantes han amenazado con boicotear el proceso electoral en puerta y tal vez lo más lamentable de libre expresión que no hará más que dificultar el panorama estatal y el regreso del orden a un Estado que se encuentra totalmente envuelto en el caos.