lunes, 29 de diciembre de 2014

¿ES LA UAG LA INSTITUCIÓN MÁS TRANSPARENTE? Por Marcos Méndez Lara


La Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) no es la institución más transparente y confiable de Guerrero como anunció el rector Javier Saldaña Almazán. Es una falacia decirlo. Una rápida mirada a sus mecanismos de difusión delatarían fácilmente una condición tan opaca como la de la mayoría de las dependencias públicas del estado.

Quizás sus asesores aconsejaron mal al rector, porque ser transparente no es lo mismo que ser una entidad sujeta a la fiscalización; o sea, por mucho que la universidad o cualquier entidad sea auditada y fiscalizada, no la hace automáticamente transparente.

Las auditorías específicas y la fiscalización superior son prácticas cotidianas de todos los organismos y entidades que reciben recursos públicos. Evidentemente, la Auditoría General del Estado, que se encarga de la fiscalización, debe revisar a la UAG, y si es necesario, aplicar las auditorías que se requieran, como lo establece la normatividad. Eso se hace todos los años con todas las entidades públicas.

Entregar en tiempo y forma la cuenta pública a la Auditoría General del Estado (AGE), para su correspondiente revisión, es apenas una pequeña parte de lo que se define como rendición de cuentas. Digamos que este requisito con la Auditoría es una rendición de cuentas institucional, pero no ciudadana ni democrática. Para ello se requiere abrirse verdaderamente al escrutinio de los universitarios, de la sociedad en general, que quiere saber cómo se ejercen los recursos en esa institución.

La rendición de cuentas ciudadana no es la lectura de informes persuasivos para lucimiento personal en fastuosos espacios, y que en realidad no informan nada. Tampoco es tener un extenso equipo de comunicación social para alimentar a medios y redes sociales, pero que no informa lo sustancial, lo estratégico de lo que sucede en la Universidad. Mucho menos es la contratación de espectaculares por toda la ciudad.
 
Y aquí es donde viene la transparencia. Transparencia es colocar en una caja de cristal, para que todos observen y juzguen, información sobre el ejercicio de los recursos, las actividades que se realizan con ese dinero, los indicadores de gestión y desempeño para observar los resultados, la eficiencia y los impactos de esas actividades, el presupuesto con sus avances físicos y financieros trimestrales, y otros muchos temas que establece la Ley de Transparencia. ¿Con cuántos de ellos cumple la Universidad?

Se hizo el ejercicio de medir el nivel de cumplimiento de la Universidad respecto de sus obligaciones de transparencia que establece la ley. Éste se basó en la revisión de los contenidos que propone el artículo 13 de la Ley de Transparencia, en donde se describe un catálogo de 22 temas relacionados con el quehacer gubernamental que obligatoriamente las dependencias deben difundir a través de páginas electrónicas, periódicos murales, gacetas y cualquier otro medio del que disponga. También se revisaron los temas adicionales que la UAG debe dar a conocer, según el artículo 23 de la misma ley.

Se le asignaron puntuaciones específicas según los siguientes criterios: 3 puntos a la información presentada de manera completa, actualizada y que corresponde con lo que exige la ley. 2 puntos si la información está completa, corresponde, pero desactualizada. 1.5 a la información incompleta, actualizada y corresponde. 1 punto si el tema no aplica al sujeto obligado y éste avisa al público. 0 puntos si no corresponde o no publica nada.

Adicionalmente, se aplicó un factor de ponderación (mayor puntuación) según se tratara de información muy importante para los ciudadanos o de datos ordinarios, pues esta metodología considera que no tiene el mismo valor publicar información sobre presupuestos, desglosada por programas y proyectos y con indicadores de gestión y desempeño, que publicar el domicilio de una dependencia o su organigrama.

El resultado arroja que la UAG apenas cumple con el 45 por ciento de sus obligaciones de transparencia. Menos de la mitad de lo que le exige la ley. Luego entonces, no es transparente. La información que no se publica es coincidentemente la más importante y la que permitiría a cualquier ciudadano aproximarse a lo que realiza la Universidad y al ejercicio de los recursos; la que da a conocer en su portal electrónico, lamentablemente es la menos valiosa. Para descarga de la actual administración, la universidad tradicionalmente ha sido opaca, no es condición sólo de este periodo.

La UAG también tiene la mancha de obstaculizar el derecho de acceso a la información de los ciudadanos. De hecho, se encuentra entre las 10 instituciones que han recibido más recursos de revisión o quejas en su contra durante ocho años, de 2006 a 2014.

La UAG sólo es superada en este rubro por las Secretarías de Salud (con 27 recursos de revisión), de Finanzas y Administración (18), los ayuntamientos de Tixtla y Chilpancingo (18), la Secretaría de Educación (17) y la Procuraduría General de Justicia del Estado (16). La Universidad comparte con el ayuntamiento de Tecoanapa el poco honroso sexto lugar en este terreno, con 15 recursos de revisión presentados por ciudadanos inconformes.


Hace bien el rector en querer convertir a la Universidad en una institución transparente y confiable, pero hay que tener mucha disposición y voluntad para lograrlo. Falta mucho para que así sea, y esto no se logra sólo con discursos.