miércoles, 20 de agosto de 2014

Los muertos del sexenio del hombre de la Zeta Por Gaby Carmona Astudillo

Nacido en el Estado de Jalisco, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo se convirtió en el primer presidente municipal de Acapulco que provenía de la iniciativa privada; frío con los números logró administrar y poner en orden las arcas municipales del honorable Ayuntamiento que administraba.
Acompañado de sus amigos, el llamado hombre de la zeta, emprendió una campaña mediática que los colocaba como una persona honesta y transparente, se jactó siempre de eso pero era insensible a las causas sociales de los más pobres, desde su llegada al poder municipal estaba cierto que debía preparar a su delfín político rumbo a las próximas elecciones por lo que el nombre Carlos Álvarez se empezó a mencionar.
Sin embargo, los perredistas de a pié, le cerraron el paso y el candidato natural del PRD en Acapulco respaldaron las aspiraciones de Alberto López Rosas, personaje con el que Zeferino había empeñado su palabra de apoyarlo en estas elecciones y estaba como testigo la entonces dirigente del Sol Azteca Amalia García Medina, el pacto político no lo cumplió pero López Rosas le ganó a su delfín que nunca simpatizó con los militantes porteños. Alberto ganó y gobernó Acapulco, Zeferino se fue como legislador federal plurinominal por el PRD. Todos en paz.
Se llegó el tiempo del cambio de gobierno, el priista René Juárez Cisneros en el poder. El senador Armando Chavarría Barrera no dejó a un lado nunca sus aspiraciones de convertirse en candidato y gobernador de su estado pero tenía un difícil adversario enfrente el legislador federal Zeferino Torreblanca Galindo.
Se inician las precampañas y comienzan las agresiones.
Los pleitos entre el senador Armando Chavarría Barrera y el diputado federal Zeferino Torreblanca Galindo pasó de las plazas públicas a los medios de comunicación, durante un enlace en vivo, ambos adversarios dijeron de que talentos estaban hechos, en donde lo más decente que se dijeron fue borracho y se hicieron recordatorios familiares.
Zeferino se impuso y ganó, Armando aceptó la derrota y regresó para convertirse en Secretario General de Gobierno del hombre que le arrebató la candidatura oficial de su partido, tiempo después Armando Chavarría se convierte en el Coordinador de la Cámara de Diputados Local, estaba listo para convertirse en el próximo candidato del PRD a la gubernatura del estado pero para alcanzar ese objetivo tenía que enfrentarse a Zeferino Torreblanca Galindo quien a toda costa pretendía imponer a su delfín Armando Ríos Piter.
Una vez más Armando Chavarría Barrera perdió la batalla, diez impactos de balas fueron suficientes para quitarlo del escenario político en Guerrero pero esas mismas balas también le cerraron el paso al otro Armando, al que llaman el Jaguar.
Hoy salió a la luz pública que Zeferino ordenó el asesinato de Chavarría, reza la nota del periódico el Sur en sus ocho columnas, y sale en el momento justo en que Zeferino y sus aliados anunciaban su regreso triunfal, el mesías, el salvador de Acapulco decían, a la escena política.
Hoy Armando Chavarría Barrera desde su tumba habrá de impedírselo, porque ese señalamiento es fuerte, directo y porque esa primera declaración lo convirtió desde el inicio en el único y principal sospechoso de ese hecho.
Durante el sexenio del llamado hombre de la zeta se registraron los asesinatos de Salvador Melesio Montiel, delegado de transportes del estado en Acapulco asesinado el 20 de mayo del 2005, José Rubén Robles Catalán asesinado el 7 de julio del 2005, Julio Carlos López Soto subdirector de la Policía Ministerial en Guerrero asesinado el 3 de agosto del 2005, Jorge Bajos Valverde asesinado en el estacionamiento de RTG el 4 de enero del 2007 y el de Armando Chavarría Barrera  cuyo cuerpo apareció asesinado en el interior de su vehículo el 20 de agosto del 2009 y se registraron nueve asesinatos de periodistas.