domingo, 15 de diciembre de 2013

Rogelio Martínez Faz/Mandelismo esquizofrénico/Cartas desde Chicago

Rogelio Martínez Faz
Rogelio Martínez Faz/Analicemos lo que le sucedió la semana pasada a los personajes de moda: Los Obama, el intérprete para sordomudos en la ceremonia fúnebre a Nelson Mandela y al diputado mexicano del PRD que se ‘encueró’ en tribuna. Situaciones que se dieron en eventos que requerían de seriedad pero que los mismos personajes se encargaron de darle el toque divertido. ¿Qué más podemos pedir para darle duro a la piñata ahora que empieza la temporada navideña?  
Como usted sabe, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en la ceremonia a Mandela se dio tiempo para cotorrear con la primera ministra de Dinamarca, la güera Helle Thorning-Schmidt, junto a su camarada y también primer ministro David Cameron de Gran Bretaña. Qué mejor escena para comprobar que el ‘apartheid’ quedó en el pasado.
Como chavales de ‘High School’ tomándose la foto “selfie” del recuerdo, mientras que la primera dama Michelle Obama supuestamente hacia pucheros. Vaya usted a saber si era por la mala conducción de su justiciero social en un evento que requería de seriedad o, que otra primera musa estuviera compartiendo la igualdad racial con su morenazo. Y como venganza Michelle le tocara la pierna nada menos que al cachondo púbero del ex presidente Bill Clinton como se aprecia en otra foto.
Pero este cuento ya se lo sabe y a lo mejor no le hace gracia o lo tiene sin cuidado. Para ponerle agridulces y frutas amargas a la piñata, cotejemos los “sign o body language” de nuestros personajes de lo que dicen con lo que hacen.
Se dice que el falso traductor en la ceremonia fue un colado que se dijo padece esquizofrenia por la que se la pasó haciendo ademanes sin ton ni son. Entiéndase por esquizofrenia: Grupo de enfermedades mentales correspondientes a la antigua demencia precoz, que se declaran hacia la pubertad y se caracterizan por una disociación específica de las funciones psíquicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable.
¿Qué tiene que ver esto con todos las señas que hacía nuestro amigo el esquizofrénico? Pues que estaba haciendo lo mismo que la mayoría de los dignatarios cuando tomaban la palabra; lucirse para ser parte del momento histórico diciendo lo que no es compatible con lo que predican.
Que fue exaltar a Mandela a pesar de sus acciones violentas con el grupo guerrillero Umkhonto we Sizwe que costó vidas incluidos niños, quien actuó con ayuda del Partido Comunista Ruso, para después reivindicarse en una relativa lucha de igualdad racial en su país que lo llevaría a recibir el Premio Nobel de la Paz. Que tras permanecer 27 años en prisión con riguroso tratamiento es de comprenderse tuviera una disociación en sus funciones psíquicas, digamos que para bien. Donde también cabe otra de las oradoras en dicha ceremonia, la presidenta del Brasil ex convicta y ex guerrillera marxista Dilma Rousseff.

Y en ese ‘para bien’ se montaron todos los discursos mandeloides esquizofrénicos que más bien parecían sueños justicieros de la pubertad. Como Obama, que fue a resaltar la importancia de la justicia e igualdad racial de Mandela cuando en su tierra (?) EU, se están encadenando frente a su “casa blanca” indocumentados para que no les afecte la segregación del apartheid-migrante. Es como si le hubiera dado demencia precoz. Con todo también comparte el mismo galardón de la paz.

Por eso, entre Obama y el intérprete esquizofrénico con su “sign language” no hay diferencia. Ambos estaban diciendo lo que se les ocurría con tal de ser parte del tributo a un rebelde justificado. Y el supuesto intérprete en lugar de decir que era esquizofrénico, debió haber dicho que sus gestos eran señales a la señora Obama y a los estadounidenses de que nuestro morenito justiciero nos estaba jugando chueco ¡pero nadie le entendía!
Pasando hacia México, país de las piñatas. Tenemos que durante la aprobación de la reforma energética, un diputado de oposición –PRD- en tribuna también hizo uso de su “body language” esquizofrénico para expresar su oposición y consistió en “encuerarse”. No recuerdo su nombre ni lo que dijo porque me ganó la risa. ¡“Hijo desu…”! Poco faltó que le gritaran ¡“tubo, tubo…”! No manches. Superando al intérprete falso, a Obama y a Michelle juntos. Si le hubiera salido lo guerrillero enseñando su pistolita a la mejor hubiera hecho méritos para ganarse el premio nobel de la miseria.    

Bueno, después de todo, estos eventos son como las temporadas navideñas, que sirven para romper piñatas con el afán de revertir las malas vibras, como los casos graves de demencia mental relacionados a las disociaciones en las funciones psíquicas.