domingo, 26 de mayo de 2013

Entre la verdad y la ficción. CAMBIAR ESQUEMAS DE PARTIDOS POLÍTICOS, REFRENDARÍA A PEÑA NIETO. Por Jorge Luis Falcón Arévalo*

El infante desmadoso
Un avance en la democracia, será sin duda alguna, la desaparición o anular el registro del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), por los diversos delitos en que se  han visto y denunciado a integrantes del “bunker propiedad” de los González Torres, principalmente a Jorge González, mal llamado el “niño verde”; o quizás si se toma en sentido chusco o irónico. Asignado el mote por ser un “ecologista”, es todo. Mal hecho
El PVEM, es organismo  en que la mayoría de las posiciones en congresos y municipios las ha obtenido gracias a sus alianzas “estratégicas” con otros partidos; principalmente con su patrón el PRI.           Por ello la refrendación o revisión.
Por lo tanto, y de entrada no es una organización social que aglutine simpatizantes defensores del medio ambiente, sino un club de amigos alegres, pendencieros, alcohólicos y por demás “niños bien”, o los que compran la franquicia para ascender a un puesto de representación popular. Pero, además, no es nada o nulo su compromiso por buscar o demandar alternativas o programas que favorezca al medio ambiente. Pero sí, con el otro ambiente, el nefasto, el cómodo de la trapacería, el del timo y malas costumbres. El de las tranzas. Como se han visto inmiscuidos no tan solo Jorge Emilio González Martínez, sino el otro tocayo, Jorge -el golpeador, el transformado por botox-  Kahwagi Macari.
Revisando, buscando y apuntando entre las crónicas de ese organismo, no ha habido más que promesas de campañas erráticas y subvencionadas por los organismos políticos con los que ha hecho alianza, es decir complicidades, porque al final los representantes o funcionales del PVEM, solo son comparsas, escoltas, pajes anodinos. Lo emblemático, de este comercializador partido, nos recuerda: el despojo de algunos terrenos protegidos cerca de la zona de Cancún, en donde pretendía la construcción de una zona hotelera. Sin olvidar, el caso de la “suicida” búlgara.
En el 2004, el periódico español El País, publicó un incidente de soborno del Jorge Emilio. Los pirruris, junior, los niños bien del Verde, son faltistas a sus sesiones, erráticos en sus respuestas, torpes en sus propuestas y como buenos ecologistas debieran evitar el ser nombrados políticos, sino defensores. Con ello se certifica su escasa capacidad de pensamiento. En Guerrero vemos la caterva de representantes y funcionarios de esa oficina, bisoños, inexpertos en sus actuares, ignotos en sus funciones, irresponsables e incumplidos. La demanda ciudadana así lo refrenda y documenta.
Por si fuera poco, en las actividades administrativas que han intervenido en su fase “ecologista” han afectado gravemente la flora y fauna del lugar al destruir manglares de la zona de sus competencias laborales. ¿Qué han hecho por la Laguna Negra de Puerto Marqués; o allá en Can Cun? Devastación y omisión, que también es delito.
Bien se vería ante el público demandante y votante el presidente Enrique Peña Nieto, darle la adecuación a este organismo satélite y de comodato, que en nada favorece la democracia en el país.
Lo mismo sucede con el mentado Partido  Movimiento Ciudadano, que es otro asunto aciago  y desfavorable para el país, que veremos en breve; y, principalmente el caso de Atoyac en manos de vivales.

*sin.marca@gmail.com