martes, 23 de octubre de 2012

PRD y PRI, pobreza de oferta política. Por Jesús Lépez

Desvíos y desfalcos de recursos públicos son usados como instrumento de golpeteo, más no como los delitos que son y que debieran ser sancionados. Las pugnas actuales entre actores de diferentes partidos  ilustra la pobre oferta política que el bipartidismo guerrerense tiene para nosotros y la nula esperanza de que las cosas cambien.

Guerrero tiene un sistema bipartidista. Son dos partidos los que realmente compiten en elecciones: PRD y PRI y en ambos los señalamientos de saqueo y desvío de recursos públicos para fines personales y políticos, provienen, no de sus detractores, sino de sus correligionarios.
En el priísmo, la pugna mediática por el control del Comité Municipal de Acapulco entre Manuel Añorve Baños y Rubén Figueroa Smutny  ha dado más “calor” a los señalamientos de saqueo y corrupción que se le hacen al ex alcalde de ese municipio.
El menor de la dinastía Figueroa ha sido reiterativo en sus acusaciones, pero no ha dado el paso que los simples mortales quisiéramos ver y que es la formalización de su denuncia en los tribunales correspondientes.
Vale decir que Añorve es el único ex presidente municipal que tendrá el privilegio de enterarse de primera mano de las observaciones que a su administración haga la Auditoría Superior de la Federación, su partido lo hizo parte de la Comisión que vigila y evalúa a este organismo en la cámara de diputados federales.
De ahí que ya sepamos el fin de la película: Acuerdo, abrazo y foto en los medios. Las acusaciones quedarán en el aire, el garrote del desfalco guardado y la rendición de cuentas en el discurso. Donde le gusta a nuestros políticos.
Por el lado de que el municipio de Acapulco ahora lo gobierna la izquierda tampoco podemos esperar  gran cosa. Cada que sale un alcalde el nuevo lamenta la falta de recursos y el desorden administrativo que le heredan, pero el asunto siempre ahí queda. En declaraciones.
De hecho, en la izquierda también se cuecen habas. Con eso de la integración  del Morena (así, en altas y bajas por ser acrónimo) como partido político, han circulado versiones de que Martín Mora Aguirre apoyado por la alcaldesa de Tlalchapa Guadalupe Eguiluz, financiaron con recursos de ese ayuntamiento algunas reunión que ayudó a Mora a quedar como dirigente.
En aparente respuesta, Eguiluz señala  en la prensa local nada menos que a la secretaria de Desarrollo Social del gobierno estatal, Beatriz Mojica Morga, de andar desviando recursos públicos, de dárselos a su hermano Salvador para promover la creación de una corriente “Nueva Mayoría”.
En ninguno de ambos casos existen denuncias formales como correspondería a tan serias acusaciones que implican el mal uso de dinero público, para fines muy privados de promoción política.
Estos ejemplos, como decía, solamente sirven para ilustrar la pobre oferta política que tienen esos grandes partidos para los guerrerenses, porque las acusaciones entre sus miembros jamás los verá usted formalmente denunciados y juzgados como corresponde a los delitos que son y que nuestros políticos nos hacen ver como cualquier cosa, con esa desfachatez que les caracteriza, como si fueran simples “trapitos al sol” y no delitos que perpetran impunemente contra todos nosotros traicionando a su país, a su estado y a sus conciudadanos.
Con políticos que desvían el dinero y los que señalan pero no comprueban, la esperanza de que el estado de las cosas cambie para los guerrerenses es nula. Ellos, siempre tendrán el beneficio de la duda, pero, nosotros… ¿cuándo tendremos el beneficio de que se les aplique la Ley?.