domingo, 15 de julio de 2012

De Frente; AMLO: Por Miguel Ángel Mata Mata



Sorprendidos los consejeros y empleados del Instituto federal en los distritos nueve y cuatro, de Acapulco, no podían creerlo. El ganador de la elección presidencial en éste municipio impugnó su propio triunfo electoral.
En Acapulco Andrés Manuel López Obrador le dio una paliza al candidato priísta Enrique Peña Nieto. Son algo asi como cien mil votos perredistas los que vencieron a los priístas pero que, sorprendentemente han sido impugnados por el triunfador. Tal fue la diferencia que sirvió para que seis de siete diputaciones locales y dos federales quedaran en manos de la izquierda. Fue un triunfo inobjetable. Por eso la sorpresa de quienes contaron los votos en el IFE. ¿El ganador impugnando su propia elección ganadora en Acapulco? Para ripley.   
Es posible que, como lo escribió ayer el periódico El País, de España, sea tiempo de que la izquierda replantee el apoyo incondicional que han dado a Andrés Manuel López Obrador. Impugnar la elección presidencial implica soslayar que el PRD creció en ocho entidades federativas, se quedó con mas de un tercio de las Cámaras de Senadores y Diputados y que en algunas regiones es la primera fuerza electoral. En Acapulco el poder del lopezobradorismo llevó a Luis Walton a un inobjetable triunfo sobre un Fermín Alvarado asustado ante el tamaño del monstruo que lo derrotó.
La impugnación de Andrés Manuel va dirigida exclusivamente a la elección presidencial, pero menosprecia asi que se ganó en Tabasco, Morelos, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Tlaxcala, Distrito Federal. Echa a la basura la posibilidad de avanzar en las reformas estructurales que le hacen falta al país a partir de tener mas de un tercio en el poder legislativo, desde donde se emprenderán los cambios que requiere México.
 El PRD no perdió la elección, Por lo contrario, creció gracias al activismo de Andrés Manuel López Obrador y a su tenacidad. Peña Nieto no ganó sino la chamba de Presidente de México y desde ahí, sin los acuerdos en las respectivas cámaras de Senadores  y Diputados no podrá hacer nada. ¿Cuál triunfo, cuando el PRI tiene menos senadores y diputados federales que hace tres años?
Es posible que, como sugiere  El País, sea tiempo de voltear la cara a otros liderazgos como Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera o alguno de los gobernadores de la izquierda. Es posible.
AS continuación el texto íntegro del editorial publicado este domingo en ‘El País’:
Es muy improbable que prospere el recurso de la izquierda mexicana, aglutinada en torno al derrotado Andrés López Obrador, para invalidar las recientes elecciones presidenciales, argumentando la compra y manipulación de millones de votos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Los siete puntos de ventaja (más de tres millones de sufragios) del presidente electo y candidato del resucitado PRI, Enrique Peña Nieto, representan presumiblemente para las autoridades electorales, que tienen hasta septiembre para pronunciarse, un argumento contundente sobre un proceso en el que no hay evidencia de irregularidades a gran escala.
Sin duda, las protestas callejeras expresan la insatisfacción de muchos mexicanos con el regreso al poder del PRI, que mantuvo durante siete décadas el control absoluto del país, hasta su defunción electoral en 2000. Pero ese inquietante retorno de un partido íntimamente asociado a la corrupción —aunque con una mayoría insuficiente que le obligará a pactar con otras formaciones para sacar adelante sus proyectos— no puede ocultar el hecho de que el populista Obrador ha sido siempre un mal perdedor.
Lo es ahora, aun cuando curiosamente no haya denunciado los resultados de las elecciones al Congreso —celebradas también el 1 de julio y en idénticas circunstancias que las presidenciales—, quizá porque su coalición izquierdista se ha convertido en la segunda fuerza del nuevo Parlamento. Y lo fue en 2006, de manera totalmente impresentable, cuando perdió por menos de un punto la jefatura del Estado ante Felipe Calderón; entonces se declaró presidente legítimo y encabezó durante meses una desestabilizadora protesta callejera en la capital del país.
La izquierda mexicana viene fracasando desde 1988 en su intento de alcanzar la presidencia. Para los correligionarios de López Obrador parece llegado el momento de preguntarse si les conviene como líder un hombre dos veces derrotado, con tendencia al victimismo conspiratorio y cuyo estilo abrasivo y anquilosado le ha enajenado una parte de su voto natural. Obrador es un lastre. En su propio partido, el PRD, hay dirigentes —Marcelo Ebrard, jefe del Gobierno del Distrito Federal, o su sucesor, Miguel Ángel Mancera, entre otros—, pragmáticos y dialogantes, que no suscitan el rechazo de los electores y están en mucha mayor sintonía con las realidades del México de hoy.

Y ésta es la respuesta que dio AMLO a El País. En su cuenta de Twitter, López Obrador escribió:
"A El País: dejen la manía de hacer periodismo colonizante. Mejor hagan la autocrítica por su responsabilidad en el desastre de España", tuiteó.
TRASCENDIÓ

QUE Gaby Carmona, directora de radio en Radio y Televisión de Guerrero, fue liquidada como empleada de ese organismo. Le dieron una compensación por su año como servidora pública. Todo ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, hasta donde llegó el caso luego que se negaron a reinstalarla al vencer un permiso sin goce de sueldo.