Cambios
Bajo Presión
Peña,
Beltrones y el PRI
Por
Rodrigo Huerta Pegueros*
La salida de Humberto
Moreira como presidente del comité nacional del PRI no es más que consecuencia
de su inconsecuencia, esto es, de su irresponsabilidad para enfrentar con
altura de miras las acusaciones que se originaron en su natal estado de
Coahuila de donde surgió la acusación de que durante su administración endeudó
a la entidad con más de 34 mil millones de pesos, recursos que fueron obtenidos
de manera fraudulenta para lo cual tuvo
que tener como cómplices a los miembros del
Congreso del estado y de sus colaboradores entendidos en cuestiones
económicas y financieras.
La despedida fue repentina
pero no sorpresiva. Todos los enterados sabían que se iba a realizar el cambio
pero eso solo lo decidiría quien lo impulsó para estar ahí y que no era otro
más que el actual precandidato a la presidencia de la República y ex gobernador
del estado de México, Enrique Peña Nieto, a quien por cierto le bastó un corto
tiempo para cambiar de opinión respecto al destino de Moreira, pues estando en
Estados Unidos externó una y otra vez su apoyo tradicional y una vez estando en
México, su discurso al respecto cambió y de un rotundo apoyo pasó a un rotundo
desgaste y a la conveniencia para el PRI de mantener a su presidente o
cambiarlo.
Ciertamente le ayudó y mucho
las voces que se alzaron dentro del PRI para solicitar el relevo de Moreira. A
los solicitantes se les ubicó dentro del grupo del senador Manlio Fabio
Beltrones y se dijo desde entonces que el senador iba tras la presidencia del
PRI nacional. Y lo que hizo Peña Nieto es sumar y no restar. Aceptó la
propuesta del grupo rijoso y les entregó la cabeza de Moreira quien ahora
tendrá que defenderse solo y sin el aparato priista de los cargos que se le
hagan formalmente en su natal Coahuila y lo hará ya sin ninguna clase de
inmunidad.
Por ahora se espera la
confirmación de que Pedro Joaquín Coldwel asuma la dirigencia nacional priista
el próximo jueves fecha que se ha convocado a una nueva sesión del consejo
político nacional. Si esta posición la obtiene Pedro Joaquín, será la
confirmación de que el grupo del senador Beltrones será el que dirija los
destinos del priismo y particularmente la campaña electoral de su virtual
candidato Enrique Peña Nieto.
Estos cambios en la
dirigencia nacional del PRI puede leerse de distintas formas pero nadie puede
negar que el ex gobernador del estado de México ha sabido leer bien los hechos
que se han producido dentro de las filas de su partido y ha sabido negociar
para que nada pueda enturbiar las aguas tranquilas de los tricolores, quienes,
como lo hemos visto en las dos pasadas contiendas electorales a la presidencia
de la República, con poco que se les alebresten las aguas terminan por
ahogarse. Labastida y Madrazo son los ejemplos recientes. No quiere que le pase
lo mismo y por ello pidió a su caballo degollado que hiciera las alianzas con
los partidos Verde y Nueva Alianza.
Todavía está por verse la
reacción de los priistas que serán desplazados por los acuerdos que hicieron
con los verdes y panalistas a quienes se le concedieron posiciones importantes
para hacerse de senadurías, diputaciones federales y de una que otra
gubernatura, particularmente en el estado de Chiapas de donde es oriunda la
dirigente magisterial, Elba Esther Gordillo Morales y dueña de la franquicia
del Partido Nueva Alianza. Veremos una vez más la capacidad negociadora de
Pedro Joaquín una vez investido como nuevo dirigente nacional tricolor.
Y este es solo uno de los
problemas a los que se enfrentará pues la intolerancia de Humberto Moreira
prohijó que en varias entidades los priistas se enfrentaran y confrontaran como
sucedió en el estado de Guerrero, donde el ahora ex dirigente estatal, Efrén
Leyva Acevedo tuvo que salir a puntapiés después de que en forma por demás
irresponsable quiso tomarle el pelo a los militantes y dirigentes al anunciar
una supuesta encuesta realizada por el CEN del PRI donde se ubicaba como
fuertes prospectos a senadores y diputados federales a sus ‘jefes’ y amigos, haciendo a un lado a otros aspirantes con mejores
prendas o simplemente con hoja de presentación limpias y no manchadas por la
corrupción, la impunidad, intolerancia y presunción de tener nexos con la
delincuencia y el crimen organizado. El pronunciamiento fue de inmediato
descalificado y se elevaron voces demandando su destitución inmediata. Leyva
Acevedo hizo lo mismo que Moreira. Se enconchó y dijo que no renunciaría y que
terminaría el periodo para el cual lo designaron desde la dirigencia nacional
del PRI.
No aguantó la presión. No
aceptó Enrique Peña Nieto que Guerrero volviera a ser una entidad perdida en
las elecciones del 2012. No lo podía admitir y giró las instrucciones precisas
que se acataron. El cambio fue un balde de agua fría para quienes se sentían
con una senaduría o una diputación federal en la mano, como si los dichos de un
dirigente estatal priista fuera suficiente. Con la salida de Efrén Leyva se
volvió a reconfigurar el mapa político del priismo.
Las fuerzas políticas en su
interior se han multiplicado con lo que los otrora poderosos ex gobernadores
han visto descender su poderío, aunque no lo suficiente como para no ser
atendidos e incluido dentro de la agenda
nacional para cuando se necesite tomar las decisiones finales. Por lo
pronto se tuvo que echar mano de la figura de un delegado del CEN del PRI con
funciones de dirigente estatal en Guerrero para que ponga orden y haga el
trabajo de tranquilizar y poner a trabajar en estos tiempos electorales a los
comités municipales, algunos de los cuales requieren desde hace mucho tiempo un
cambio en sus dirigencias pues no han sabido realizar un trabajo institucional
sino sectario, respondiendo más a lo que digan y manden los presidentes
municipales y no lo que demande la realidad del lugar donde se actúa
políticamente.
Mucho trabajo tendrá el
nuevo dirigente estatal del PRI en Guerrero y ahora sabremos quiénes serán los
que lo apoyen para sacar adelante dicho trabajo que relegó hacer el destituido
Efrén Leyva Acevedo, quien se fue como llegó, sin el reconocimiento de nadie.
De lo que si estamos seguros es que sus alforjas se fueron más llenas. En unos
días más estaremos entrando en la fase mas importante de todo el proceso
electoral que es la designación de candidaturas. En Guerrero los apuntados para
el senado de la República son varios, para diputados federales son muchos, para
diputados locales son más, para presidentes municipales son demasiados y no se
diga para síndicos o regidores.
Ahora cuando la situación
económica nacional no es tan boyante y los empleos no son por demás
redituables, los políticos pretensos quieren asegurarse de seguir dentro del
presupuesto para no caer en el error.
¿Y los ciudadanos? Bien,
gracias.
Periodista
y Analista Político